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La Ciudad Perdida es un destino que despierta la fascinación de muchos viajeros y aventureros por su misticismo y belleza natural. Situada en la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, este lugar ofrece una experiencia que va más allá de un simple recorrido arqueológico; es un viaje al corazón de una cultura antigua que sigue viva en la memoria de sus descendientes. Adentrarse en sus senderos es también un viaje interior, donde el esfuerzo físico se convierte en un medio para conectarse con la historia y la espiritualidad de la región.

En este artículo, exploraremos algunos aspectos intrigantes sobre la Ciudad Perdida, desde su historia hasta su recuperación, así como datos curiosos que enriquecen la experiencia de quienes deciden visitarla.

La Ciudad Perdida y sus nombres

La Ciudad Perdida y sus nombres

La Ciudad Perdida es conocida por varios nombres, siendo Teyuna el más significativo. Este término significa “Origen de los pueblos de la Tierra” en la lengua de los Tayronas, quienes consideraban que la Sierra Nevada de Santa Marta era el Corazón del Mundo. Esta noción resalta la conexión espiritual que estos pueblos indígenas sentían hacia su entorno y la importancia de su cultura.

Además de Teyuna, los Koguis y Wiwas, otros grupos indígenas de la región, también refieren a la Ciudad Perdida de diversas formas, reflejando la rica diversidad cultural y lingüística que aún prevalece en la zona. Por tanto, la Ciudad Perdida no es solo un sitio arqueológico, sino un símbolo de identidad y resistencia cultural.

Época de construcción de la Ciudad Perdida

La construcción de la Ciudad Perdida se remonta a aproximadamente el año 800 d.C., lo que la hace contemporánea a otras civilizaciones importantes de su tiempo, como los mayas y aztecas. Sin embargo, lo que la distingue es que fue erigida 650 años antes que Machu Picchu.

Los Tayronas, un pueblo indígena conocido por su habilidad en la agricultura y la arquitectura, construyeron esta ciudad sobre un complejo sistema de terrazas y caminos que aún perduran. La ubicación estratégica de la Ciudad Perdida, a 1.300 metros sobre el nivel del mar, no solo la hacía defensiva, sino también un punto clave para el comercio y la interacción con otras culturas.

Recientes investigaciones han indicado que los asentamientos alrededor de la Ciudad Perdida ya existían desde el siglo VI, lo que sugiere que la región ha sido un centro de actividad humana durante siglos.

Abandono de la Ciudad Perdida

Abandono de la Ciudad Perdida

El abandono de la Ciudad Perdida se produjo hacia 1650, una época marcada por la llegada de los conquistadores españoles que transformaron drásticamente la vida de las comunidades indígenas. Se estima que, a su máximo esplendor, la ciudad albergaba hasta 1,800 indígenas, quienes se trasladaron hacia zonas más seguras al norte, buscando escapar del impacto devastador de la colonización.

Las difíciles condiciones geográficas y climáticas que rodean la Ciudad Perdida jugaron un papel crucial en su preservación, ya que el acceso era casi imposible para los invasores. Sin embargo, esta misma dificultad la convirtió en una leyenda, ocultándola durante casi 400 años.

Fue en 1973 cuando la Ciudad Perdida fue redescubierta por huaqueros, que son saqueadores de tumbas. Durante su búsqueda de tesoros, se toparon con una escalera de 1,200 escalones cubierta de vegetación, lo que llevó al descubrimiento de un sitio arqueológico que había permanecido en el olvido. En 1976, gracias a los rumores sobre tesoros de oro y cuarzos, el gobierno colombiano comenzó a explorar el lugar.

La expedición y el descubrimiento oficial

En 1976, un grupo de tres arqueólogos, un arquitecto y dos huaqueros guías emprendieron una expedición hacia la Ciudad Perdida. Después de casi doce días de travesía por selvas densas y terreno complicado, lograron llegar al núcleo del yacimiento arqueológico. Allí, recopilaron pruebas suficientes para presentar al gobierno, lo que resultó en la aprobación de un presupuesto destinado a la recuperación del sitio, conocido como Buritaca 200.

Este descubrimiento marcó el inicio de un esfuerzo colectivo por restaurar y proteger la Ciudad Perdida. Se realizaron excavaciones y estudios que no solo revelaron la importancia de la ciudad, sino que también ayudaron a comprender mejor la cultura tayrona y su legado.

Recuperación de Teyuna

Recuperación de Teyuna

Para llevar a cabo la recuperación de la Ciudad Perdida, se formó un equipo multidisciplinario que incluía arqueólogos, arquitectos, soldados del Batallón Córdoba y más de 100 trabajadores, muchos de los cuales eran ex-huaqueros. Esta colaboración fue fundamental para despejar los antiguos canales de drenaje y restaurar las estructuras que habían sufrido daños.

Entre 1976 y 1986, se llevaron a cabo arduas labores de restauración que permitieron que la ciudad emergiera de las garras de la selva. En 1981, la Ciudad Perdida fue finalmente abierta al público, lo que permitió a los visitantes experimentar su magia y su historia.

En 1979, la UNESCO declaró la Ciudad Perdida como una Reserva de la Biosfera, del Hombre y de la Humanidad. Desde entonces, ha sido un destino turístico popular, aunque sorprendentemente solo un 10% de los colombianos han tenido la oportunidad de visitarla, lo que habla de la necesidad de dar a conocer más su existencia y su relevancia cultural.

Datos curiosos sobre los taironas

Los Tayronas, los antiguos habitantes de la Ciudad Perdida, eran conocidos por su avanzada organización social y sus habilidades en la agricultura y la arquitectura. Aquí te dejamos algunos datos interesantes:

  • Tenían un sistema de caminos que conectaba varias comunidades, facilitando el comercio y la comunicación.
  • Desarrollaron técnicas agrícolas sofisticadas, incluyendo la rotación de cultivos y el uso de terrazas para maximizar la producción.
  • Sus viviendas eran construcciones de palma y cañabrava, adaptadas a su entorno y clima.
  • Contaban con una profunda conexión espiritual con la naturaleza, lo que se reflejaba en su arte y sus rituales.
  • La cerámica tayrona es reconocida por su belleza y complejidad, a menudo decorada con motivos que representan sus creencias y su entorno.

¿Es la Ciudad Perdida un lugar real?

¿Es la Ciudad Perdida un lugar real?

La Ciudad Perdida es indudablemente un lugar real, no solo por su existencia física, sino también por su significado cultural e histórico. La exploración y el descubrimiento de este sitio han permitido a los investigadores y turistas entender mejor la rica herencia de los pueblos indígenas de Colombia.

Visitar la Ciudad Perdida es sumergirse en una historia que ha perdurado a través del tiempo, donde cada piedra cuenta un relato y cada sendero invita a la reflexión. Es un viaje que combina aventura, historia y conexión espiritual.

Curiosidades sobre Santa Marta y su entorno

Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia, es la puerta de entrada a la Ciudad Perdida y está llena de historia y cultura. Aquí algunos datos que pueden interesarte:

  • Fue fundada en 1525 por el conquistador español Rodrigo de Bastidas.
  • Es el hogar de la Sierra Nevada de Santa Marta, la montaña costera más alta del mundo.
  • La bahía de Santa Marta es un sitio turístico popular, famoso por sus playas y su biodiversidad.
  • La ciudad es un punto de partida para explorar el Parque Tayrona, otro destino natural de gran importancia en Colombia.

La Ciudad Perdida no es solo un destino turístico, sino un símbolo de resistencia cultural y un recordatorio de la rica diversidad que forma parte de la historia de Colombia. Te invitamos a explorar este lugar mágico y a dejarte llevar por su encanto y misterio. Para más información visual, puedes ver este interesante video sobre la Ciudad Perdida: